lunes, 16 de noviembre de 2015

Hasta donde llega la fortaleza de una araña solitaria
Que sin mucha prisa teje miles de paredes para no encontrase nunca
Algo así como cientos de laberintos
Uno dentro de otro
Cómo un sinfín de encrucijadas
Que solo terminan en una nada tan real
Que hasta ella misma se confunde.
Aunque la verdad puede ser un simple engaño
Para evitar bajar la guardia.

Conquisto cada vez más a prisa un millar de territorios
Invadió de la forma más pacifica masas inmensas de no lugares
Aunque ello implicara la violencia de toda una era por sobre la tierra.

Todo esto claramente mientras ella simple y sencilla anuda silenciosa una nueva braga
Que cruzaba la frágil mirada de una pequeña larva a pasos de quedar agusanada.


La víctima estaba más que clara
Pero el relato un tanto disperso confundía al relator
A quien se le explico al oído que la araña no fue quien la mato
ni mucho menos quien la devoro.

Paso el tiempo muy aprisa
Aunque ni yo mismo me lo creo,
Pero debo evitar divagar
nuevamente por los no senderos.
El vomito corporal debe ser preciso y certero
Si quiero acallar los feudos de mis carnales cimientos.

La araña, al correr el tiempo, pensó que todo era perfecto,
Le encantaba ver como el futuro que hace algunos años proyecto en su mente y cuerpo
(Mente y cuerpo; existirá un término en alemán que las conjugue hasta el infinito de mi espectro)
Está en la salsa máxima de su mirada,
Todo ante sus ojos le calzaba
Cómo vestido rojinegro  ajustado para una terrícola bien despabilada.

Los días pasaban 
Y la mente lentamente se desajustaba
A perezoso andar comenzó a desprender un pequeño ruido por los poros terrenales y algunos celestiales
Era insignificante
Como una mancha microscópica en el pasto
Observada desde lo alto de una montaña en otra galaxia.

El ruido crecía
Eso era lo que pensaba ella
Sin darse cuenta de que solo eran las telas
Quienes retumbaban en la inexistencia material
De todo un lugar que nunca fue tan lugar
Como en el interrogatorio incesante
Que predico al instante preciso
En el cual dejo todo sin mirar atrás.

Aburrida de la pérdida de tiempo en el simple cuestionamiento compulsivo
Comenzó una ardua tarea para desterrar aquel grillo pequeño que le resonaba mil veces por dentro del oído
Técnicas de todo tipo eran tachadas en una lista infinita
Que no dejaba circunstancia para el simple olvido o costumbre
De vivir constantemente, 
Día tras día, 
Segundo tras segundo
Con el mismo pesar entre los hombros y el prestigio.

Pasan oleadas de ideas por su recóndita pecera de tinieblas
Algunas bien certeras
Otras inmersas en lo absurdo
Esas bajan la escala neuronal de aquella modesta araña
Que ya pocos lapsos de su vida le destina al pasear su mundo.

Estallo en éxtasis sin previo aviso
Y para mi sorpresa saco una pequeña daga de entre una  de sus pequeñas patas.
Comenzó a girar con una sincronía torpe
Que mantenía una copla armónica para las más aguzadas ojeadas.

Se desmoronaban todas las edificaciones
Que nunca lo fueron tanto hasta llegar a la nada,
Y sentía con una presencia crudamente real
Cómo perdía toda su existencia  de trozo en trozo
No quedaba alienación en su efímero ser
Y las tonadas cerebrales solo presagiaban sangre.
Lloro como nunca antes lo había hecho
Y las manos se le cansaron hasta no sentirlas en la lejanía de su centro
Recordó la clemencia al terminar el absurdo juego
Un tanto más serio que la costumbre de ser un simple peón en los mejores relatos de todos los tiempos
Dreno hasta la última gota salada de sus entrañas,
Mientras con un pequeño desfase se topaban en la salida
Los gemidos silencioso del esfuerzo de la araña.

El ruido
Al terminar toda la escena sin el más minucioso sentido
Dejo de acariciar la presente galaxia
Y despego alado en busca de otro espectro a quien hacerle una no muy confortante
Y mucha menos grata compañía.

Las cosas estaban ausentes de toda claridad
Y todo lo certero y preciso
Se encontraba ardiendo lleno de acenizado remordimiento
Se le desencajo hasta la más diminuta partícula del alma
Y exhausta y asustada
Decidió dormir hasta unas buenas cantidades de mañanas
Solo porque entendía que el shock a veces vence a un shock mucho más viral y sigiloso.

Antes de morir en el devenir del gasto casi completo de su ser inmenso
Completo una dimensión entera de pensamientos
Aquel retrato era genuino en su cerebelo
Y solo la confundió mucho más, más y más
Llego a concluir que estaba loca, trastornada y deformada
Pero la verdad
Es que puedo solo clarificar con escasa astucia
Que las emociones interestelares se imponen ante cualquier calma
Y agitan las aguas pasivas de la mierda cosificada,
Azotan con tormentas las frías miradas,
Desertifica la blancura de la mente sana
Y follan con ímpetu y valentía la ignorancia respaldada con un buen repertorio de bobadas.

Al final nunca estuve bien viva
Nunca aprendió a caminar bien con los ojos cerrados
Calculo mal cada una de sus reflejos
Y no razono por el más milésimo instante sus emociones
Era como una nada con ansias de ser algo
Y que nunca lo es hasta que se reniega a sí misma.
Lo bueno es que destruyo todo sin ser obligado más que por ella
Y aunque no entienda aun todo lo sucedido
Las plantas y seres realmente vivo están felices.

Las cosas y sujetas difícilmente perciban alguno de los hechos acontecidos
Seguirán en su mundo virtual y sin el más mínimo sentido
Sentido resentido.

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