A
multiplicar la oxidada energía
En los
suburbios
Donde
falta oxígeno para la transformación
Esos
lugares empobrecidos de emoción
Donde no
quiere que invirtamos el tiempo
Y por una
prolongada instancia nos compramos el cuento
Jóvenes
creciendo alejados del lugar que germinaron sus primeros sueños
Apartados
de la herencia positiva puesta a disposición del pueblo
Que aún
persiste, pese al escuálido fragmento que no pudo asesinar ni un policía, ni
una bala, ni una ley, ni mucho menos su puta democracia.
Son los
espacios que no existen
Las
instancias que solo se divisan en paisajes de papel plastificado
Son las
imágenes que costaba más que la chucha congelar
Porque no
todos podían
Y porque
el tiempo requerido era mucho más de lo que ahora exige la amistad y sus
semejanzas
Ese aire
contaminado por los gases y los gestos
Debe ser
destruido por completo
La tienen
más que clara lxs viejxs dentro de su cuerpo
Lxs niñxs
que juegan a ser revolucionarxs deben avivarse, despabilar el moco y ponerse a
construir los sueños que no tienen cabida entre los pensamientos elaborados por
la economía y su desgracia.
Estamos
parados pensando la posibilidad absurda de volar
Entre los
lamentos, los buenos pensamientos impuestos, la alegría prefabricada, o
material que en la espalda pesan, los ladrones, lxs narcxs y lxs niñxs sin
suelo bello que puedan pisar sus pies con zapatos de cuero.
Es la despreciada esperanza que rebalso mi pequeño cuerpo
Y me
lleva a imaginar mientras trabajo y sudo como obrero, como proletaria, como
campesino, como puta por mi sustento.
Falta la
chispeza que dispone la falta de pereza
Juntemos
las manos de forma física y carnal
Violemos
los dogmas sociales de comunicación cancerígena
Y
luchemos cómo nunca antes
Para
recuperar espacios que se perdieron
Alegrías
que están ocultas por debajo del cemento
El sueño
de nuestros antepasados
Están en nuestras manos, nuestros corazones y nuestros cuerpos.
Están en nuestras manos, nuestros corazones y nuestros cuerpos.
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