Quien fue
el tonto que un día nos impuso:
El
recipiente importa más que el contenido,
Desde ese
día perdimos todo sentido.
Dejamos de
mirar a los ojos como lo más divino,
Olvidamos lo que nos permitió amar sin sentido.
Tantas
cosas increíbles Se perdieron
Tan solo desaparecieron,
Como agua
en el desierto.
Ahora
ocultamos nuestros paisajes
En ropa,
joyas y maquillajes,
Tapamos
nuestro contenido;
Lo
adornamos y acompañamos de objetos baratos
De los
cuales nos mantenemos preso.
Perdimos
toda libertad de decisión
El ser o no
ser se perdió
En el tener
o no tener.
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