La voluntad
severa hierve mi sangre
Le quita el
cuajo del germen de la civilización
Le arrebata
el aroma fabricado por uno que otro aliño de los ricos
En los cuerpos
tan dañados por palos repletos de ira
Y unos
cuantos vientos salivados de amansadores gritos.
Quisiste dominar
con pretextos heredados
La tierra sana
que ya no lo es tanto
Y te topaste
con las emociones que no se moldean dentro del rebaño.
Puedo tener
cara de esclavo pero vuelo libre por dentro de mi ano
Que desecha
los residuos que ya en mi universo son innecesarios.
Así que
prepara tu retaguardia antes de quemar tus símbolos patrios
Que la madre
no se oculta en mi presente ni en mi pasado.
Las aguas
convulsionan con siluetas y pólvora negra
Siempre que
le corresponda la mano cubierta en grietas.
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