viernes, 5 de agosto de 2016

ahí viene llegando la verdad

Ahí viene llegando la verdad
Con sus joyas caras deslumbrando oscuridades
Por veces un tanto más amargas de lo que proyectaba en la más terrible de mis plegarías.

Ahí viene llegando la verdad
Con su maquillaje de ideas plastificadas
Tan hermoso y estiloso que permite admirarla, menospreciando por completo las silenciadas miradas.

Ahí viene llegando la verdad
Con el aroma de justicias, rosas y sentido común
Que se esparce en lo público y lo privado de nuestros mundos inmaculados.

Ahí viene llegando la verdad
Con una nueva peluca sobre su cuello
Encandilando los sentidos pequeñamente aguzados de hombres y mujeres que dudan de las pisadas aun marcadas y desdichadas.

Ahí viene llegando la verdad
Con la misma escolta de siempre
Quienes la visten y acomodan para que encaje perfectamente en cada una de nuestras mentes, desnutridas e incipientes.

Ahí viene llegando la verdad
Con noventa por ciento de descuento
Para que todos puedan probarla y saborearla sin decir ni la más mínima palabra.

Ahí viene llegando la verdad
Un poco enojada y disgustada
Así que no le digan que se le está escapando silenciosamente una mentira por debajo de la camisa.

Ahí viene llegando la verdad;
Asesinando gente por la espalda,
Robando almas antes que se levanten de su cama,
Violando niños que no quieren crecer para padecer por las mañanas,
Degollando sueños de niñas que no quisieron seguir peinando las muñecas de porcelana,
Maltratando ilusiones de ancianos carentes de dignidad para abrigar sus almas,
Inundando las llamas de la obrera que siempre imagino un mejor mañana,
Enterrando las esperanzas que se enraízan en las cosillas de cada obrero que aun persigue -contra un montón del resto- las utópicas ideas que aun sin piernas siguen corriendo,
Pintando caritas sonrientes sobre rostros desérticos de placeres, emociones y lamentos concretos,
Extinguiendo el resonante grito que pese a la dificultad del camino, logra acariciar el infinito y volver aunque se suba sin saldo a la micro,
Atomizando la sociedad que no logra entramar sus manos por una vida desbordante de amores y sonrisas,
Atemorizando las intenciones de quemarlo todo
Golpeando la necesidad de participar en un juego sano para cada ser humano,
Incinerando a mis hermanas y mis hermanos terrícolas a toda prisa,
Desparasitando cada una de las irrefutables tristezas que no logran caer ni ordenadas debajo de la mesa.

Ahí viene llegando una nueva verdad desde el Norte
En un cómodo avión bien equipado para resistir el peso
¡Todo ese verdadero peso!
Ahí viene arrastrando espíritus que aún se transan en las bolsas del mercado
Acarreando padres, madres, abuelas, abuelos, niñas, niños, comunidades completísimas que solo se pueden leer en los libros repletos de tus porfiadas mentiras.
¡Ahí viene!
Con otros mundos posibles encadenados en una caja fuerte.

Ahí viene una verdad sesgada por estadísticas
Ahí viene una verdad sustentada por las bestias que aún siguen disfrazadas
Ahí viene una verdad cabalgada por todo aquel que solo busca agrandar sus arcas
Ahí viene una verdad con dueño, con creador, con patrón, con esclavizador, con dictador; inherente, incoloro, indoloro, inhumano, invivo, inmuerto, innecesario, obsoleto, peor que muerto; vivo solo por leyes y decretos, peor que vivo; calcinado completamente por dentro del recipiente que parece un cuerpo igual al mío y al del resto.

Ahí viene llegando una verdad, tan virtualmente real, que muchos se la tragan sin pensar. Pero gracias a la torpeza, prefiero sufrir por las mentiras que siento en cada parte de mi universo,
Prefiero llorar mares de lágrimas por una mentira bien falsa,
Acepto suspirar inmensamente por una mentira repleta de falacias,
Rio hasta degollar mis penas por una mentira tan inmensa que puede devorarse todas tus verdades,
Aunque debo admitir que le dará un gran dolor de guata
Al igual que admitiré que no se despedirá ni citará un pésame antes de tirar la desesperada cadena;
Cadena que se llevará algún día todas esas verdades que llegan del Norte cuando las mareas sobrepasan los roqueríos,
Cuando los terremotos solo destruyen las viviendas de los ricos
Cuando las lluvias se filtran en las oficinas del burgués
Cuando el daño colateral tiene nombre y apellido
Cuando los llantos no brotan del hambre, ni de las carencias emocionales,
Cuando los gritos nacen del miedo
Pero no del pueblo que aún se mantiene dopado en el encierro,
Sino de ese uno por ciento que sueña con mis colegas en sus peores pesadillas
Y jamás se imaginarán que en algún momento nos trasformaremos en su realidad maldita.

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